Un campesino, que luchaba con muchas dificultades, poseía
algunos caballos para que lo ayudasen en los trabajos de su pequeña hacienda. Un
día, su capataz le trajo la noticia de que uno de sus caballos había caído en
un viejo pozo abandonado. El pozo era muy profundo y sería extremadamente difícil
sacar el caballo de allí. El campesino fue rápidamente hasta el lugar del
accidente, y evaluó la situación, asegurándose que el animal no se había
lastimado. Pero, por la dificultad y el alto precio para sacarlo del fondo del
pozo, creyó que no valía la pena invertir en la operación de rescate. Tomó
entonces la difícil decisión de decirle al capataz que sacrificase el animal
tirando tierra en el pozo hasta enterrarlo, allí mismo.
Y así se hizo. Comenzaron a lanzar tierra dentro del pozo de
forma de cubrir al caballo. Pero, a medida que la tierra caía en el animal este
la sacudía y se iba acumulando en el fundo, posibilitando al caballo para ir subiendo.
Los hombres se dieron cuenta que el caballo no se dejaba enterrar, sino al
contrario, estaba subiendo hasta que finalmente consiguió salir.
Si estas “Allá abajo”,
sintiéndote poco valorado, y otros lanzan tierra sobre ti, recuerda el caballo
de esta historia. Sacude la tierra y sube sobre ella.
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